Por paulammr.
Soy Paula Marrodán Montiel y represento a T for Translation. Me dedico a la traducción de inglés y alemán a español, mi lengua materna. Soy licenciada en Traducción e Interpretación y Traductora... (ver más)
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Los anglicismos en la traducción de moda, ¿nos los quedamos?
Basta con echar un simple vistazo a cualquier revista de moda, enseguida nos toparemos con ellos: look, top, street style, biker…
Está claro que los anglicismos nos rodean y que hay sectores en los que están especialmente presentes. Parece que es una tendencia que ha llegado para quedarse.
En nuestra alma de traductores, suele aflorar ese amor por nuestra lengua que quiere defender el español a capa y espada. Nuestro yo más purista sale a la superficie, y notamos como nos tiembla un ojo cada vez que vemos uno de esos anglicismos innecesarios.
Pero ¿realmente deberíamos traducirlo todo?
Como siempre en esta profesión, dependerá del contexto.
¿Debemos traducir todos los anglicismos?
Aunque yo procuro emplear vocablos en español siempre que es posible, también reconozco que mi punto de vista con respecto a este tema ha ido evolucionando con el tiempo. Ahora creo que hay momentos en los que deja de tener sentido insistir en el uso de ciertas palabras, cuando es obvio que ya están siendo sustituidas por otras.
Pongo un ejemplo práctico. Hace unos meses, en una misma semana, mencioné dos veces la locución en línea. «Estoy haciendo un curso en línea», «Me lo iba a comprar en línea». Y la respuesta de mi interlocutor, monolingüe de español en ambos casos, fue la misma: «¿En dónde?».
A ese concepto de hacer algo a través internet, parece que ya tenemos asociado el adjetivo online, cosa que tal vez ha dejado de ocurrir con en línea. Esto no impide que en ciertos casos podamos recurrir a por internet o digital, por ejemplo, pero situaciones como esta me hacen pensar que quizá no sea práctico forzar determinadas palabras o expresiones si estos van a obstaculizar la comunicación.
¿Hablas el idioma de tu cliente?
Si extrapolamos lo anterior al ámbito profesional, como traductores, sabemos que es esencial hablar el idioma de cada cliente. Esto supone adoptar y adaptar el tono y el vocabulario en función de su filosofía y su imagen de marca. Según mi experiencia, en marketing (o mercadotecnia 😉) en general, y en marketing de moda en particular, no parece lógico empeñarnos en decir vaqueros, si la marca utiliza y quiere utilizar jeans.
No solo no nos estaremos adaptando a sus necesidades, sino que además le estaremos dando trabajo extra: tendrá que invertir tiempo en cambiar esa palabra cada vez que aparezca.
Si de verdad hablamos su idioma y, sobre todo, el de su público, serán muchas las veces que tengamos que emplear it bag, celebs o beauty, y no solo cuando nos lo pidan expresamente. Al fin y al cabo, lo correcto puede adoptar formas muy diversas y, desde luego, no tiene por qué coincidir con lo prescriptivo.
Con lo anterior no quiero decir que tengamos que aceptar todo préstamo con el que nos crucemos, sino que, en cada caso, y como con cualquier encargo de traducción, localización o transcreación, nos documentaremos y nos comunicaremos con la marca, para asegurarnos de aquello que le encaja y aquello que no. Solo así llegaremos a la mejor manera de adecuar su material y de provocar en su target (sí, he dicho target 🤭) las sensaciones y reacciones que buscan.
En este proceso, tal vez podamos evitar algún shopping o handmade, pero tampoco deberíamos fustigarnos porque de nuestro teclado salgan unos leggings o un total look. Escuchemos a nuestra clientela, asesorémosle en función de sus necesidades y dejémosnos llevar por las tendencias (lingüísticas) de cada momento.
¿Necesitas una traducción para el sector de la moda?
Si necesitas una traducción para el sector de la moda, con anglicismos o sin ellos, estoy aquí para ayudarte. Escríbeme a paulamarrodan@t-for-translation.com.